Además de ser un icono de la cultura del surf era muy divertido de conducir
Como muchas veces decimos, en el mundo de la automoción, hay carrocerías que, debido a su diseño, practicidad, innovación o incluso por ser excesivamente feas han llegado a convertirse en un icono en esta industria. Sin embargo, algo que no sucede tan a menudo es que un vehículo icónico de por sí, tras sufrir una modificación se convierta en otro vehículo también realmente histórico. Este es el caso del Buggy.
Cómo surge el Buggy
Para dar origen a esta mítica carrocería, tenemos que viajar hasta los años 60. Su inventor fue un ingeniero llamado Bruce Meyers, aficionado al surf y constructor de barcos. Su propósito fue diseñar un vehículo que fuera ágil, rápido y que pesase poco para poder conducir por la playa. Por ello, pensó que sería una gran idea escoger la carrocería de un Volkswagen Escarabajo para comenzar a dar vida a su diseño, ya que cumplía con todos sus requisitos.
El Buggy Manx. Buggy Manx
El ingeniero estadounidense se paró la propia carrocería del chasis, y sobre este montó una nueva carrocería de plástico, de modo que no le afectasen las inclemencias causadas por la corrosión, la arena, la sal, el agua, etc. A este nuevo diseño lo llamó Meyers Manx y fue todo un éxito.
Un icono en la cultura surf
El primer Buggy producido por Bruce, además de estar realizado en plástico reforzado con fibra de vidrio, como una tabla de surf, tenía otras modificaciones en su carrocería. algunas de ellas consistían en deshacerse de todo lo que no servía para poderse desenvolver en las dunas, como la eliminación de las puertas y el techo, dejando solo el cristal delantero y acoplando a la nueva estructura, unas barras antivuelco, que, además proporcionarían rigidez a la carrocería.
El Buggy Manx. Buggy Manx
La nueva carrocería de este ingeniero pasó a ser todo un éxito de ventas, ya que en los años 80 se habían producido más de 250.000 vehículos de este tipo basados en el Escarabajo de Volkswagen.
Por qué triunfo el Buggy
Los motivos eran que un escarabajo tenía una mecánica simple, y eran baratos de mantener a la par que ágiles y divertidos de conducir, sobre todo, después de quitarle todo el exceso de peso. Además, el hecho de proporcionarles, una nueva carrocería de plástico, hacía mucho más sencillo, la personalización entre sus propietarios, por lo que los trabajos de pintura podían llegar hasta donde la imaginación quisiera.
El Buggy Manx. Buggy Manx
Y tengas el vehículo que tengas, recuerda que puedes mantenerlo en perfecto estado solo tienes que dejarlo en manos de los profesionales de chapa y pintura de los talleres CertifiedFirst.